Bienvenidos a la edición cibernética de la Revista Ekuóreo, pionera de la difusión del minicuento en Colombia y Latinoamérica.
Comité de dirección: Guillermo Bustamante Zamudio, Harold Kremer, Henry Ficher.

domingo, 2 de mayo de 2021

287. Espejos V



Espejo II
   Ambrose Bierce

   Plano vítreo sobre el que aparece un efímero espectáculo dado para desilusión del hombre. 
(Diccionario del Diablo)


El feo y el espejo
   Sanai

   Un hombre encontró un espejo abandonado en un camino y, al mirarlo, vio su imagen: nariz chata, rostro grotesco y ojos color fuego. Lo arrojó al suelo y se dijo: «Quién poseía este objeto tan horrible decidió librarse de él. Si hubiese sido tan hermoso como yo, no lo habría abandonado».


   No bien hubo ejecutado a sus opositores, el dictador ajustició a los espejos, al darse cuenta de que éstos habían sido testigos de sus crímenes. 

(Textos cáusticos)

 


Magia de los espejos
   Ana María Shua 

   A los cuarenta y cinco años Moisés Cufari compró un tour a Israel y Grecia para él y su señora. El mercado de Jerusalén les pareció sucio y asombroso. Bebieron jugo de zanahoria, compraron un albornoz y un espejo. Si este espejo se mira de frente —les dijo el vendedor, en buen inglés— se ve lo que más se ama. Mirarlo de costado es peligroso. 
   En el hotel no funcionaba el aire acondicionado. Cufari miró el espejo de frente y vio su propia cara. Lo miró de costado y no sucedió nada. Entonces tuvo la certeza de que la magia no existe y le dolió el corazón y su decepción fue tan grande que no pudo sobrevivir a ella.
   La mujer y el vendedor, unos días más tarde, se reían juntos en Corfú. Tenías razón, dijo él: era más crédulo de lo que yo calculaba. Y miraban en el espejo de costado, como quien no tiene ilusiones. Sin embargo, al fin también murieron, como nos pasa a todos.
(Botánica del caos)


Lado izquierdo del colchón
   Alejandra Díaz Ortiz

   Es cierto, esa mujer se parece mucho a mí. O, mejor dicho, yo me parezco a ella, porque estoy segura de que es mayor que yo.
   Sin duda , el corte de pelo, el color de los ojos e, incluso, la nariz, nos asemejan mucho. No obstante, su talla —ella me parece más delgada— y su tono de piel, muy ajado en su caso, marcan una sutil diferencia.
   Mientras la observo a distancia, me da la sensación de que a ella la rodea un halo de disgusto, casi diría que es una infinita tristeza. Tiene un rictus amargo en los labios que les surcan la sonrisa. Pienso que alguna vez fue hermosa.
   Creo que alguna vez tocó la felicidad. Sus ojeras, como callados lamentos, parecen confirmarlo.
   Tiene razón mi marido: es hora de cambiar el espejo 
(No hay tres sin dos, 2014)


¿Quién es el más hermoso?
   Anónimo

   Zou Ji, del Reino de Qi, tenía seis pies de altura y una figura esbelta. Una mañana se vistió elegantemente, y se contempló en el espejo.
   —¿Quién es más hermoso? —preguntó a su mujer—, ¿el señor Xu, de la ciudad del norte, o yo?
   —Tú eres tan hermoso —contestó su mujer—, ¿cómo puede el señor Xu comparársete?
   Pero ya que el señor Xu de la ciudad del norte era tan famoso en todo el país, por lo bien parecido, Zou Ji no creyó del todo a su mujer. Repitió la pregunta a su concubina.
   —¿Cómo se puede comparar el señor Xu contigo? —exclamó la concubina.
   Más tarde, aquella mañana, llegó un visitante y Zou Ji le hizo la pregunta.
   —Ud. es con mucho el más hermoso —replicó este hombre.
   Al día siguiente, llegó el señor Xu en persona. Tras un análisis cuidadoso, Zou Ji se convenció de que el señor Xu era mucho mejor parecido que él. Se estudió frente al espejo y no dudó que él era de los dos el más corriente.
   Esa noche, en su lecho, llegó a la siguiente conclusión: mi mujer dice que soy el más hermoso, porque me lisonjea. Mi concubina lo dice por temor. Y mi huésped lo afirma porque necesita algo de mí.
(Anécdotas de los Reinos Combatientes. Liu Xiang (comp.) (Siglo I aC))


Fiel reflejo
   José Víctor Martínez Gil

   Los dos espejos frente a frente vieron su amor infinito.