Bienvenidos a la edición cibernética de la Revista Ekuóreo, pionera de la difusión del minicuento en Colombia y Latinoamérica.
Comité de dirección: Guillermo Bustamante Zamudio, Harold Kremer, Henry Ficher.

domingo, 31 de diciembre de 2023

357. Los poemas de Ekuóreo - Entrega especial de fin de año

 
En sus inicios, la poesía narraba acontecimientos épicos y, también, historias cotidianas. Con el tiempo, el poema se separó del relato, adquiriendo un tono lírico, cargado de imágenes y metáforas que hablaban, de alguna forma, de la vida sentimental, filosófica y existencial de los seres humanos. Bajo esta premisa, y con la idea de que la poesía narra situaciones ininteligibles, los directores de Ekuóreo, sensibles a temas que son mejor manejados en la poesía que en el relato, decidimos incursionar en este primordial género esporádicamente, con la intención de abrir un poco los límites del género del minicuento.
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La ciudad
   Constantino Kavafis (Grecia)

Te dices: me marcharé 
a otra tierra a otro mar
a una ciudad mucho más bella
de lo que esta pudo ser o anhelar.
Esta ciudad donde cada paso aprieta el nudo corredizo,
un corazón en un cuerpo enterrado y polvoriento.
¿Cuánto tiempo tendré que quedarme
confinado en estos tristes arrabales
del pensamiento más vulgar? Dondequiera
que mire se alzan las negras ruinas de mi vida.
Cuántos años he pasado aquí
derrochando, tirado, sin beneficio alguno.
No hay tierra nueva, amigo, ni mar nuevo,
pues la ciudad te seguirá,
por las mismas calles andarás interminablemente,
los mismos suburbios mentales van de la juventud a la vejez,
en la misma casa acabarás lleno de canas. 
La ciudad es una jaula.
No hay otro lugar, siempre el mismo
puerto terreno, y no hay barco
que te arranque a ti mismo. ¡Ah! ¿No comprendes
que al arruinar tu vida entera
en este sitio, la has malogrado
en cualquier parte de este mundo?



Soneto con una salvedad
   Eduardo Carranza (Colombia)

Todo está bien: el verde en la pradera,
el aire con su silbo de diamante
y en el aire la rama dibujante
y por la luz arriba la palmera.

Todo está bien: la frente que me espera,
el azul con su cielo caminante,
el rojo húmedo en la boca amante
y el viento de la patria en la bandera.

Bien que sea entre sueños el infante,
que sea enero azul y que yo cante.
Bien la rosa en su claro palafrén.

Bien está que se viva y se muera.
El Sol, la Luna, la creación entera,
salvo mi corazón, todo está bien.


¿Has besado alguna vez a una mujer pantera?
   Charles Bukowski (Estados Unidos)

Esta mujer se cree una pantera 
y a veces cuando hacemos el amor
ella gruñe y escupe
y su pelo cae
y ella mira a través de las mechas
y muestra sus colmillos
pero yo la beso y continuo el amor.
¿Has besado alguna vez a una mujer pantera?
¿Has visto a una mujer pantera gozando 
el acto del amor?
No has amado, amigo.
Tú con tus pequeñas rubias teñidas,
tú con tus ardillas y ardillitas
tus elefantes y ovejas
deberías dormir con una pantera.
Nunca más querrías
ardillas, elefantes, ovejas, zorras,
lobas,
nada sino la mujer pantera, 
la pantera hembra paseándose por tu cuarto,
la pantera hembra paseándose por tu alma;
todos los otros cantos de amor son mentiras
cuando esa suave piel negra se mueve contra ti
y el cielo cae sobre tu espalda,
la pantera hembra es el sueño hecho realidad
y no hay retorno
ni deseo de retornar;
la piel contra ti,
la búsqueda ha acabado
cuando tu verga se mueve contra el borde del Nirvana
y estás abrazado a los ojos de una pantera.


Sabiduría Indígena
   Miguel Ángel Asturias (Guatemala)

Estás hoy tú, y mañana
otro igual a ti seguirá en la espera.
No hay prisa ni exigencia
los hombres no se acaban.

Aquí había un valle, ahora se alza un monte.
Allá había un cerro, ahora hay un barranco.
El mar petrificado se convirtió en montaña
y se cristalizaron relámpagos en lagos.

Sobrevivir a todos los cambios es tu sino
no hay prisa ni exigencia
los hombres no se acaban.


Díganle al amor
   Álvaro J. Moncada G. (Colombia)
 
Díganle al amor que me cansé de esperarlo.
Que me fui muy lejos con todos mis sueños
Díganle que he sido un cobarde,
que no intenté derribar la puerta para buscarlo
y entrar en su vida y atarle a la mía con los
invisibles nudos del deseo.
Díganle al amor que para mí él nunca existió
que en vano lo esperé y en vano lo seguí hacia
los despeñaderos del destino y que él prefirió
despeñarse antes que estar conmigo.
Díganle al amor que no le guardo rencor
ni le guardo nada, pues nunca supe
de qué estaba hecho.
Díganle al amor que no está muerto,
ni siquiera vivió, sólo me sirvió
para escribir este poema


Corazón Coraza
   Mario Benedetti (Uruguay)

Porque te tengo y no
porque te pienso
porque la noche está de ojos abiertos
porque la noche pasa y digo amor
porque has venido a recoger tu imagen
y eres mejor que todas tus imágenes
porque eres linda desde el pie hasta el alma
porque eres buena desde el alma a mí
porque te escondes dulce en el orgullo
pequeña y dulce
corazón coraza

porque eres mía
porque no eres mía
porque te miro y muero
y peor que muero
si no te miro amor
si no te miro

porque tú siempre existes dondequiera
pero existes mejor donde te quiero
porque tu boca es sangre
y tienes frío
tengo que amarte amor
tengo que amarte
aunque esta herida duela como dos
aunque te busque y no te encuentre
y aunque
la noche pase y yo te tenga
y no.


Podría
   Darío Jaramillo Agudelo (Colombia)

Podría perfectamente suprimirte de mi vida,
no contestar tus llamadas, no abrirte la puerta de la casa,
no pensarte, no desearte, 
no buscarte en ningún lugar común y no volver a verte, 
circular por calles por donde sé que no pasas,
eliminar de mi memoria cada instante que hemos compartido,
cada recuerdo de tu recuerdo,
olvidar tu cara hasta ser capaz de no reconocerte,
responder con evasivas cuando me pregunten por ti
y hacer como si no hubieras existido nunca.
Pero te amo.