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domingo, 21 de abril de 2019

234. Objetos imposibles IV: Piedras, de Roger Caillois



Roger Caillois

Piedras de China

Figuras

   Al oeste de la prefectura de K’i, a setenta li del distrito de Long, existe una gruta llamada la caverna de los dragones o de los peces. Allí se encuentra una piedra que a veces es grande, otras veces pequeña. Si alguien la rompe y examina su interior, percibe las figuras de dragones y de peces. 
   Quienes pasan ante la caverna evitan hablar de ella. Escuchan ruidos lejanos de truenos y de huracanes. Se detienen, presas del terror. No todo el mundo escucha estos ruidos.


La Isla del Medio

   En la Isla del Medio existe una piedra que tiene hijos. En pleno ciclo Wen lou, un hombre recogió la piedra, que por aquel entonces era pequeña. La dejó en una esquina. Al cabo de ochenta años había crecido mucho y había dado a luz a un millar de piedras pequeñas: su descendencia. 


Hiong-hoang

   El sabor de la piedra hiong-hoang resulta frío y amargo. Es una panacea. Cura las úlceras malignas, las fistulas; espanta a los fantasmas, los malos espíritus. Repele los miasmas. Neutraliza el veneno de los reptiles. Constituye el antídoto perfecto. Disipa todas las malas esencias. Si alguien la lleva consigo, los genios hostiles no se le acercan; si entra en una selva los tigres y las bestias feroces se arrastran a sus pies; si atraviesa un río no puede herirlo ningún animal maléfico. La piedra hiong-hoang convierte a las niñas en niños: cuando una mujer se da cuenta de que está encinta, le es suficiente con colocar un fragmento en una bolsita de seda, que se introduce en la vagina. Entonces el feto coge fuerza y se vuelve macho.


Che-tche

   La piedra che-tche tiene forma de hongo. Se encuentra en la orilla de la isla Hai iu ming chan, en medio de una gran variedad de piedras. Es carnosa. Como si fuera un ser vivo, tiene cabeza, cola y cuatro extremidades. Está adosada a piedras más grandes o a rocas. Existe una variedad que recuerda al coral; la blanca recuerda a la grasa, la negra al barniz, la azul a las alas del martín pescador, la amarilla al oro. Todas son transparentes y brillantes. Las grandes pesan diez kin aproximadamente, las pequeñas de tres a cuatro kin. Su forma es la de una vasija con orejas, que no sobresaldrían más de tres o cuatro pulgadas. Las que tienen siete agujeros se llaman ts’i ming. Las que tienen nueve se llaman kieou koang. Brillan como las estrellas. A cien pasos de distancia se distingue su luminosidad. En general, se espera al otoño para recoger estas piedras y pulverizarlas. 


Che yen

   Según el Pen tsao kang mou, el che yen se encuentra en el distrito de Yong, cerca de la ciudad de K’i yan hien. Esta piedra parece una ostra. Es de color tierra. Si son redondas y grandes, son la piedra golondrina macho; si son largas y pequeñas, la piedra golondrina hembra. Hay una especie de piedra che yen que se encuentra en las cavernas de estalactitas. Su forma es como la de la golondrina; se alimentan del goteo lechoso de las estalactitas; pueden volar.
   Según el Ou tsa tsou, la piedra che yen se encuentra en Yun ling. Vuela, pero solamente los días de mucho calor: cuando se levanta un viento violento combinado con lluvia, arrastra consigo la piedra que se arremolina con él rozando la superficie del suelo.


Jades fríos

   Un relato de los Song, debido a Ni Cheou-yo, precisa que en la gruta Ton-yuang existe una cascada donde vuelan los jades fríos. 


Joen che

   El joen che es una especie de cristal de roca que contiene pequeñas hojas o tallos. Con él se fabrican bolas que muestran en el interior del cuarzo una pequeña rama de ciruelo o una hoja de bambú tan bien conservadas como si se hubieran introducido recientemente. Estas muestras son extremadamente raras y constituyen auténticos tesoros que, en las familias ricas, se transmiten de generación en generación.