Desértico
Fernando Sánchez Clelo (México)
Al verla arrojarse al agua del oasis, corrió lentamente por la arena. —¡Espera, es un espejismo! —le gritó inútilmente. Y con un gesto de horror vio cuando ella se evaporó con las palmeras.
Primer plato
Patricia Esteban Erlés (España)
Poco después llegó la muerte. Todos la vimos trepar por tu pelo, pero bajamos los ojos y seguimos comiendo, rezando en voz baja para que se conformara solo contigo.
A bailar
Eliana Soza Martínez (Bolivia)
Él, con el pelo engomado y los mocasines bien lustrados, brillando bajo las luces del salón de baile. Ella, seductora con un vestido rojo y vaporoso, un escote en forma de corazón; los labios carmesíes y el cabello con copete alzado y rizos. Sus miradas se cruzan mientras comienza a escucharse el contrabajo seguido de la guitarra y la batería. Ambos cuerpos se mueven al son de la música. Los tatuajes de ella le hablan a los de él. Sus manos se buscan, bailan incansables, como si se conocieran de siempre. Los dos saben que la realidad virtual solo dura de seis a siete. Después, deben volver a sus camas, sentados en sillas de ruedas.
La bestia
Gabriel Bevilaqua (Argentina)
Se sentó junto a la fogata con el Winchester 66 calado entre los brazos. Pasaría la noche en vela. Si la bestia se atrevía a manifestarse, la llenaría de agujeros. A medianoche, el frío le obligó a liberar una de sus manos del “Yellow Boy” para poner agua a hervir. Cuando su garganta acogía el primer sorbo de café, los arbustos se agitaron. Antes de que la taza tocase al suelo, disparó. Una mano emergió entre el sotobosque acompañada de una súplica. Sin dejar de apuntar, le ordenó a la voz que se mostrase. Al ver a la chica, bajó el rifle. Entre lágrimas, le contó que después de arrojarla su caballo había huido. Hacía horas que deambulaba a merced de la bestia. El hombre no supo cómo disculparse por lo acontecido, pero “Treinta descuartizados en seis meses le meten miedo a cualquiera”, dijo, mientras dejaba el Winchester a un lado para vendarle el brazo. “Treintiuno”, replicó la joven.
Revelación
Douglas Adams (Inglaterra)
Hay una teoría que afirma que si alguien descubriera lo qué es exactamente el Universo y el porqué de su existencia, desaparecería al instante y sería sustituido por algo aún más extraño e inexplicable. Otra teoría, más inquietante, afirma que eso ya ha ocurrido.
Confusión
Bibiana Bernal (Colombia)
Mami, anoche soñé que podía volar y recorrer grandes distancias en poco tiempo. Fue un sueño muy bonito. Paseé por todo París durante el tiempo que tardamos en llegar a la escuela en el autobús. Cuando fui a despedirme de ti, estabas vestida igual que cuando te acostaste, yo tenía la misma pijama y también era lunes. Aproveché para visitar a papá. Lo encontré pintando, como siempre. Al verme se sorprendió y preguntó cómo llegué. Le dije que volando, pero no me creyó y me encerró en su habitación. Por eso te llamo, mami, para que le expliques que es un sueño y me deje ir.
Vengador sucesivo
Diego Muñoz Valenzuela (Chile)
Lo atravesó con una certera estocada y murió ipso facto. El desdichado contendor se derrumbó y el espadachín lo abrió en cruz. Por el tajo salió un hombre más pequeño que el anterior. De inmediato se tornó belicoso y atacó al asesino de su predecesor. El diestro esgrimista se apresuró a darle muerte y cuando -de acuerdo a su inveterada costumbre- lo destripó, de su interior emergió un enano furioso. Aunque menudo, el chico era de cuidado; con un salto se precipitó al cuello del criminal, que aprovechó el momento para demediarlo con un solo alfanjazo. Una vez más, de los restos mortales surgió un vengador tan furioso como minúsculo. Y así sucesivamente, hasta que el adversario alcanzó el tamaño de un ínfimo mosquito. El espadachín no pudo asestarle ni un solo golpe, y el ente microscópico se introdujo por el oído hasta el cerebro y le ordenó cortarse en dos a sí mismo. Obedeció. No tenía a nadie más en su interior.
