Cable urgente
Marcelo Difranco (Argentina)
(ANSA, France Presse) Con tranquilidad, y en medio de un alto dispositivo de seguridad, se desarrolló el anunciado Apocalipsis. Numeroso público se congregó en el evento, que contó con excesivas fallas organizativas. Los ángeles no pasaron la media docena. Hubo sólo una plaga. Foto: La Bestia (gentileza United Press).
El bunker
José Vicente Ortuño (España)
Había estudiado el libro de las Revelaciones durante años y sabía que el día siguiente era la fecha elegida. Se encerró en su bunker. Era hermético, resistente al fuego y a los terremotos. Tenía agua y provisiones para años. Era el refugio perfecto.
Llegado el momento sintió el temblor de la catástrofe. Cuando quiso salir no pudo, la puerta estaba atascada. Había construido la tumba perfecta.
Ricardo Germán Giorno (Argentina)
A quienes corresponda:
A pesar de que los tiempos que corren pueden ser malos, queremos que sepan que no es nada personal, sólo estamos cumpliendo órdenes.
Firmado: Los Cuatro Jinetes
Persistencia
Fabio Ferreras (Argentina)
El último hombre del mundo está sentado en su habitación. Afuera, el Apocalipsis hunde la tierra, seca los mares, abrasa el aire. Alguien golpea a la puerta... El último hombre la abre, como es natural, y se encuentra con un sonriente Testigo de Jehová, incansable hasta el final.
El fin
Karen Pavez Díaz
María Margarita Martínez Mujica recibió en su cumpleaños número 18 una revista religiosa que anunciaba el fin del mundo. De ahí en adelante todo fue predicar y esperar. Esperó sin cometer pecado alguno, mordiéndose la lengua cada vez que se le venía un mal pensamiento y dio toda su bondad para que el día del juicio final la encontrara pura y digna. Predicó a quien preguntara y también a quien no, sobre cuándo y dónde sería el fin, retrasando las fechas cuando las escrituras fallaban. En el 2000 dijo que sería en el 2012, en el 2012 que sería el 2020 y aun viendo que se pasaban los años y el mundo seguía tal cual, no se resignó y predicó y esperó.
Ya en su lecho de muerte y víctima de una enfermedad incurable por la fe, con el último aliento que le quedaba, María Margarita Martínez Mujica, con el desgarro guardado tanto tiempo para la ocasión, gritó fuerte y convencida:
—¡Les dije, pecadores, el mundo se acaba ahora!
Y cerró los ojos para siempre.
Pieter van de Borcht
Retrasado
José Vicente Ortuño (España)
El cordero degollado, con siete cuernos y siete ojos, rompió los siete sellos. Los ciento cuarenta y cuatro mil elegidos fueron llamados. Los siete ángeles hicieron sonar sus siete trompetas y el castigo divino se derramó sobre la humanidad en forma de terribles plagas.
Eleuterio Ramírez llegó tarde, como siempre. El día del Apocalipsis se perdió el espectáculo y se quedó solo en el mundo.
Apocalipsis lúdico
José Carlos Canalda (España)
Con un gesto de hastío, Dios se incorporó del asiento desentendiéndose del juego.
—Miguel —ordenó a su ayuda de cámara—, recoge el tablero y guarda las fichas.
—Señor, son demasiadas —objetó éste—. ¿Qué hago con las que sobran?
—Arrójalas al incinerador. Total, ya no sirven para nada...
