—Geométricas—
En su libro Peces, Fabián Vique abrió una veta de trabajo minicuentístico. Siete personas nos pusimos en la tarea. Salvo el de Fabián y el de Sagan (basado en Planilandia, de Edwin Abbott), los textos se hicieron al punto.
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1
Fabián Vique
Hay un cuadrado dibujado con lápiz y dentro del cuadro un punto. El punto se mueve hacia los vértices buscando la salida. No la encuentra. Pasa la vida yendo hacia los vértices y nada. ¿Habrá aprendido que eran 4 o habrá envejecido creyéndolos infinitos o demasiados?
(Peces)
Punto geométrico
Henry Ficher
En un papel se dibuja una circunferencia con un rayo láser. En su centro, se imprime el punto central, de dimensiones picométricas. Para él no hay un límite, no puede saber que se encuentra en el centro de una circunferencia, ni siquiera atina a entender qué es la superficie en la que está impreso. A escala de la distancia entre las crestas de la onda de la luz roja, el lenguaje tampoco logra describir la realidad sin incurrir en paradojas. El universo es tan incomprensible para un punto geométrico como para nosotros.
Condena
Guillermo Bustamante Z.
En el centro de una circunferencia hay un punto. Está hastiado. Intenta buscar la salida, pero como los puntos de la circunferencia son equidistantes a él, todos se mueven al tiempo cuando él se desplaza, condenándolo a estar siempre en el centro.
Punto muerto
Harold Kremer
En un cuadrado hay un joven punto. El punto no sabe dónde está, pero él cree que es el centro de todo, que todo se expande a partir de él. Gobierna a su antojo, y señala límites y castigos a sus súbditos. “Si me borran y desaparezco todo acabará: su existencia, sus sueños y placeres”, dijo un día a otros puntos vasallos que lo alababan y lo adoraban como un Dios. Dos puntos, uno mago y otro alquimista, descubrieron que se encontraban atrapados dentro de un cuadrado y que, más allá, había muchos más cuadrados, polígonos y circunferencias, incluso más grandes y poderosas de las que ellos vivían. “Sin embargo, es vasto el cuadrado en que nos encontramos”, le dijeron. “Nunca lograremos llegar a sus límites, nunca entenderemos qué somos”.
El joven punto, obstinado y colérico, decidió enviar ejércitos a los cuatro vértices con la orden de levantar un mapa del imperio. Ninguno de los ejércitos volvió. Decidió emprender al mando de un nuevo ejército la ruta del norte, pero los puntos se fueron apagando y desaparecieron borrados por el tiempo. Solitario y ya difuso, decidió retornar sin lograr encontrar el camino. A punto de desaparecer, maldijo al mago, a los alquimistas y a todos los que con sus teorías rompen el orden del cuadrado.
Y se fue apagando hasta que el cuadrado quedó vacío y sin puntos.
Los puntos del boliche aquel
Eduardo Serrano O.
Érase una vez un punto que, en su deambular, trabó amistad con otros que le parecieron simpáticos. Solían reunirse para formar figuras: círculos, cuadrados, triángulos y otros polígonos. Un día vieron a un punto distraído y, para divertirse, lo rodearon, formando un círculo. Cuando el punto llegó a la circunferencia siguió desplazándose sin darse cuenta de que daba y daba vueltas sin fin. En torno a otro formaron un cuadrado; cuando el punto se desplazaba, ellos también lo hacían, de modo que la distancia entre el punto y los lados era siempre la misma. Se dispersaron cuando al punto le dio una crisis nerviosa. A otro que les caía mal, pues era muy puntilloso, lo encerraron en un diagrama de Venn. Casi lo enloquecen.
Rescates puntuales
Aliex Trujillo
Tres puntos (A, B y C) son amigos. Al punto A lo encierran, sin explicación, en el interior de una circunferencia. Otro de los amigos, el punto B, lo ayuda. Entre ambos determinan con suficiencia una recta, que se hace cuerda en la circunferencia. Ahora el reo puede escapar por el segmento definido. Pero A y B quedan encerrados en la recta infinita que había hecho cuerda. Es el momento del punto C: gracias a él, determinan con suficiencia un plano geométrico ABC, que aumenta las posibilidades de movimiento. Para eso también son los amigos y la geometría.
Problemas de identidad I
Francisco Rodríguez
Un punto geométrico andaba molesto con el mundo, siempre lo confundían con un punto ortográfico.
Búsqueda
Isar Hasim Otazo
Un punto se despierta en medio de un cuadrado. Su vida no tiene sentido. Busca la salida. Embiste en la mitad a cada uno de los lados, que ceden a su envión. Ahora está entre un polígono de ocho lados. Vuelve a la carga sobre cada lado, con lo que ahora está entre un polígono de dieciséis lados. Sigue indefinidamente, hasta que se encuentra entre una circunferencia. En el centro, ahora su vida cobra sentido.
Un paseo
Carl Sagan
Cuando los habitantes de Planilandia hacen excursiones cortas, su universo les resulta suficientemente plano. Pero si uno de ellos hace un paseo lo bastante largo por lo que él imagina ser una línea perfectamente recta, descubre un gran misterio: a pesar de no haber llegado a ninguna barrera ni de haber en ningún momento dado la vuelta, ha acabado de algún modo llegando al lugar de donde partió. Su universo bidimensional tiene que haber sido deformado, doblado o curvado a través de una misteriosa tercera dimensión. Él no puede imaginar esta tercera dimensión, pero ¿puede deducirla?
(Cosmos)