miércoles, 2 de abril de 2014

Entrevista a Henry Ficher

Por: La Internacional Microcuentista

Henry Ficher nació en 1960 en Miami Beach. De padres judeo-argentinos, llegó a Colombia gracias a las peripecias de su padre, donde se instaló en Cali hasta los 22 años. A los 19 años conoció a Harold Kremer y Guillermo Bustamante, cuando la legendaria revista Ekuóreo empezaba sus publicaciones. En esos años comenzó a escribir minicuentos, de los cuales dos fueron publicados en la revista. Juntos realizaron el primer concurso nacional de minicuentos. Durante ese breve período fue miembro del comité de dirección.



  • Al lado de Guillermo Bustamante y Harold Kremer, han lanzado una nueva iniciativa relacionada con la revista Ekuóreo. Cuéntanos acerca del tema y de las perspectivas que tienen con ella.

En octubre del 2010 volví a Colombia, luego de casi 30 años de vivir en el exterior (Jerusalem y Nueva York). En Bogotá busqué a Guillermo Bustamante. Lo fui a visitar a su casa en el barrio La Esmeralda y volví a deleitarme con su biblioteca. Guillermo me dio una agradable sorpresa: había guardado en su archivo "maquinoescritos" míos, amarillos de tiempo, y me regaló todos los libros que publicaron con Harold desde que me fui de Colombia. En Cali visité a Harold, otro amigo que me ha dado agradables sorpresas. La más grande fue en 2001, cuando contra toda predicción posible apareció en Raanana, Israel, con su esposa Patricia y sus dos hijos. Compartimos algunas botellas de tequila en un centro de absorción y después en un kibbutz con vista al mar de Galilea. Fue entonces que Harold me contó cómo el minicuento se había convertido en un género importante en muchos idiomas. Me trajo de Colombia cuentos que yo le había dejado en mi juventud, los cuales había olvidado por completo.
La versión cibernética de e-Kuóreo nació de mi viaje a Colombia y el reencuentro con mis viejos amigos. Cuando volví a Israel me puse a jugar con los templates de Blogger y a comienzos del 2011 se me ocurrió la idea de volver a sacar la revista en forma de blog. Lo propuse y se decidió de forma unánime volver a reunir el comité de dirección. En los últimos tres meses hemos publicado 7 entregas de la revista, y tenemos material para rato.


  • ¿Cómo y desde cuándo surgió tu interés particular por un género como el microrrelato?

Yo fui uno de los muchos escritores caleños que dieron sus primeros pasos literarios dentro del ámbito de la revista. Estábamos en esos días en busca de la belleza en forma escrita, y donde más la encontrábamos era en los minicuentos.

  • Estuviste al lado de los más grandes autores colombianos en la Antología de cuento corto colombiano, compilada por Bustamante y Kremer. ¿Qué necesita un microrrelato y un autor para hacer parte de una selección como esa?

Como dice Guillermo, nuestro único criterio estético para publicar un minicuento es que nos guste. Es decir, la literatura nos da más bien por el lado hedónico. Sospecho que los antólogos del minicuento colombiano emplearon ese mismo criterio al elegir los textos más representativos.

  • ¿Quiénes crees que son los referentes más importantes del género en un país como Colombia y por qué?

Guillermo y Harold, indudablemente. Ellos prácticamente inventaron el género. Sus antologías y la revista Ekuóreo reúnen lo mejor que el ingenio de los minicuentistas colombianos ha logrado producir.

  • ¿Cuáles crees que sean los libros esenciales para un autor que se quiera dedicar al microrrelato?

Los minicuentos de Ekuóreo, por supuesto :-). Y las antologías. Y los libros de Raúl Brasca, Ana María Shua, Enrique Anderson Imbert...

  • Aparte de la literatura, otras cosas deben apasionarte. ¿Cuáles son?

Soy linuxero. Me apasionan los diferentes sistemas operativos de fuente abierta, como Linux y BSD.

Un libro: Rayuela, Julio Cortázar.
Una película: The Blues Brothers.
Una canción: "Gostoso demais", María Betania.
Una comida: La bandeja paisa.
Un lugar: El café de Los turcos, en Cali.
Un olor: El de la flor de cadmia.
Un insulto: Va fanculo.
Un amor platónico: Naomi Russell :-)
Un deseo: Que no haya más guerras santas.
Un secreto: Et in Arcadia ego.