domingo, 22 de diciembre de 2013

94. Escritores peruanos III

Editor invitado: Rony Vásquez Guevara

La muerte
   Jovana Calderón Llacta

   La muerte vino a llevarse al Pancho.
   Llegó la  hora de irnos le dijo la muerte. 
   Pancho le respondió: Pero antes, juguemos las escondidas.
   La muerte, para desestresarse de su arduo trabajo, aceptó y lo primero que hizo fue buscar un buen lugar donde esconderse, mientras Pancho contaba, pero Pancho jamás la buscó y siguió con su vida de siempre. La muerte piensa que ella ganó. 
Primer lugar en el I Concurso Nacional de Micorcuento “Solo 4” (2011). Diario Correo – Filial Huancayo. 


Navidad
   Alberto Benza González

   Luis me contó en secreto que su padre es papá Noel.
   ¿Cómo que es tu padre? repliqué.
   En vísperas de navidad, bajé sigilosamente por las escaleras para ver mi regalo y divisé a mi madre haciendo el amor en la sala con un señor viejo y de barba blanca, era canoso y llevaba gafas.  Al rato escuché que él le decía: “Aquí está el dinero, y también estoy dejando un regalo para tu hijo".
En: A la luz de la Luna. Lima: Editorial Micrópolis, 2011.

(Lima, 1972) Es el actual encargado de la sección El microcuento de la semana en el Suplemento Cultural Sólo 4 del diario Correo (Huancayo). Ha sido organizador del Primer concurso Nacional de Microcuento “Solo 4” (2011) y de la Primera Jornada Peruana de Minificción (2011). Publicó A la luz de la Luna (2011), su primer libro de microrrelatos. Ha realizado cursos de Escritura Creativa en el Taller de Hiperbreves de la escritora argentina Clara Obligado. Director Fundador del Grupo Literario Micrópolis.


La ventana
   Sandro Bossio Suárez

   Los crímenes fueron espeluznantes. Las calles del tranquilo barrio se llenaron con cabezas rodantes, torsos mutilados, lagunas de sangre espesa.
   El delegado Volturno, experimentado sabueso del mundo criminal, entrevistó a un testigo clave. Se trataba de un dócil estudiante de medicina que vivía en el segundo piso del vecindario.
   Es un hombre salvaje que usa capa dijo éste. Sale por las noches con una motosierra silenciosa. Todo lo he podido ver por esta gran ventana.
   El delegado miró al muchacho con murria, con misericordia, y ordenó que lo apresaran:
   Pobre dijo después, buscando la capa. Cree que ese viejo espejo vienés es una ventana.
En: Kassandra y nueve mentiras menores. Huancayo: Acerva Ediciones, 2011. 

(Huancayo, 1970) Finalista del concurso El cuento de las mil palabras (1992) del Premio Juan Rulfo (1995) y del Premio Copé  (2000). Ha obtenido el Premio Nacional de Novela Corta del Banco Central de Reserva del Perú (2002).


Sandro Bossio Suárez

Intercambio
   Pedro Félix Novoa Castillo

   Le debo a Jenny algunas notas colegiales que no me correspondían, y hasta algunas declaraciones de amor. Confieso que ahora le debo su destino. Ella siempre lo tomaba con humor. Es la magia de ser gemelas, decía y me llenaba el día con una sonrisa. Pero todo se complicó cuando acepté ser Jenny por un año. Tú decides, me dijo antes de viajar, es eso o condenar a tu hermana a no ser madre de ninguna forma. No tuve alma para negárselo. 
   Durante su ausencia, el teléfono fue nuestro único vínculo con la verdad: ella hablaba como ella y yo como yo. Luego de colgar, regresábamos nuevamente a nuestra farsa. Por lo menos hasta hoy.
   Luego del regreso de Jenny, la que tendría que marcharse sería yo. Pero era difícil, porque de alguna manera había comenzado a amar a ese hijo y a ese hombre que no eran míos. Es una idea manida pensar que las gemelas comparten un destino. En nuestro caso más grave que compartir fue intercambiar. 
   Ella está tirada empuñando un revólver. Asumirán un suicidio, pienso y miro el reloj. Un intercambio más: diré que la muerta he sido yo y terminaré de amar lo que he comenzado. 
En: Circo de pulgas. Minificción peruana. Estudio y antología (1900-2011). Lima: Editorial Micrópolis, 2012.


(Lima, 1974) Ha publicado sus cuentos en diversos países. Fue finalista del Concurso Internacional de cuentos de Ciencia Ficción (Fanzine Fobos). Es una de las figuras más promisorias de la narrativa fantástica en el Perú.


El apócrifo Frankestein
   Fernando Iwasaki

   María sabía que era su culpa, que no tenía que haberlo reñido cuando echó a volar aquellos pajarillos de barro después de soplarlos. Por eso no quiso decirle nada cuando lo vio de nuevo jugando en el lodo. ¿Cómo podía saber lo que estaba haciendo, por Dios? ¿Qué le diría ahora a José? Cuando lo vio entrar encorvado y arrastrando los pies le hizo prometer a Jesús que nunca más jugaría de nuevo a soplar figuras de barro. Pobre José, un hijo más y siempre virgen.
   Le llamaron Judas.
En: Ajuar funerario. Barcelona: Página de espuma, 2004.
(Lima, 1961) Es narrador, ensayista, crítico e historiador. Ha escrito numerosas novelas, ensayos y cuentos. En relación a la microficción, ha publicado Ajuar funerario, Páginas de Espuma (Madrid, 2004) y "Fantasías Textuales", en Helarte de amar, Páginas de Espuma (Madrid, 2006). Desde 1989 reside en Sevilla, donde es columnista del diario ABC y director de la Fundación Cristina Heeren de Arte Flamenco.

Mensaje
   Carlos Meneses

   Hoy he muerto, no se aceptan condolencias.
En: Un café en la luna. Mallorca: Instituto de Estudios Modernistas, 2008.

(Lima) Estudió Letras en la Universidad de San Marcos. Es periodista y escritor. Ha publicado las novelas La muchacha del bello tigre, Bobby estuvo aquí, El amor según Toribia Ilusión, Huachos rojos, A quién le importa el prójimo, Edén Moderno y El héroe de Berlín. En 1958 ganó el Premio Nacional de Teatro en Perú con su obra, La noticia. Su obra investigativa se centra en la vida y obra de Vallejo, Borges, Asturias, J. Guillén y Rubén Darío. En 2004, su novela Edén moderno obtuvo el Premio de Narrativa Vicente Blasco Ibáñez-Ciudad de Valencia. Su libro de cuentos Lo que puede un pianista recibió en 2005 el Premio de cuentos Ciudad de Peñíscola. Con respecto a la ficción breve, ha escrito Seis y Seis en 1979, Todo al vuelo en 2001, Cuentos Breves y diversos en 2005 y Un café en la luna en 2009. 


Madre de Dios
   David Arce

   A la luz mortecina del candil, el abuelo extendía las manos y con voz clara y pausada nos contaba a todos sus nietos historias increíbles de un pasado que él creía reciente. Decía que cuando se juntó con nuestra querida abuela, que en paz descanse, todas estas arenas resecas por el sol, eran tierras fértiles donde crecían enormes árboles donde se mecían y descansaban todo tipo de animales. Que era tan densa la selva que nunca se podía ver este sol ardiente cuando se caminaba dentro del bosque. 
   Mis hermanitos abrían sus ojos enormes cuando hablaba de seres mitológicos como osos perezosos que se columpiaban de las ramas de los árboles, de enormes hormigas que eran cazadas por los niños para luego tostarlas y comerlas, de pequeños pájaros multicolores cantando cada uno por su cuenta y que juntos entonaban hermosas melodías. 
   Ríos serpenteantes preñados de peces grandes y pequeños, de la yacumama la serpiente con orejas, madre del agua, que cuidaba la laguna, y de antiguos delfines rosados. 
   Así era nuestra Selva de Madre de Dios, antes de que vinieran las mineras, hijitos —dijo y se le quebró la voz, carraspeó un poco y se secó las lágrimas con el dorso de las manos. 
   De todas estas cosas maravillosas nos contaba. 
   Y nosotros, niños, emocionados por sus palabras, nos íbamos a dormir creyendo en sus historias imaginarias, aunque algunas noches sofocantes, por algún lado, lejos, muy lejos, taladraba la noche el grito de algún pájaro salvaje. 
   El abuelo suspiraba y decía: debe ser una lechuza viuda y solitaria como yo, que recuerda con nostalgia algún pasado esplendoroso. 
   Aquellas noches nos íbamos a dormir con miedo. 

(Chulucanas, 1963), es Médico Cirujano (UNMSM) con especialidad en Psiquiatría (UNMSM), subespecialidad en Psiquiatría de Niños y Adolescentes (UNFV). Actualmente estudia la Maestría de Lengua y Literatura en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Ha publicado el libro de cuentos «Cuentos para Eva» (2011), algunos cuentos en páginas de Internet, en diarios y en revistas de México, USA y Perú. En el año 2005 obtuvo el primer puesto en el VIII Concurso Nacional de Cuento del Colegio Médico del Perú. En 2008 se alzó con el primer puesto en el Primer Certamen de Microrrelatos A Guarda, España. Ese mismo año obtuvo el primer puesto en el Concurso de Cuentos organizado por la Gerencia del Hospital Guillermo Almenara.