El tocado
Para efectuar una ejecución capital por medio del delicado filo de la cuchilla de la guillotina es imprescindible la previa ceremonia del tocado: la parte más aterradora que hay en la ejecución de una sentencia de muerte, según Eugenio Süe.
El tocado consiste sencillamente en dejar bien al descubierto el cuello del reo, sobre el que ha de caer la cuchilla sin encontrar el más mínimo obstáculo, para lo cual se corta el cuello de la camisa, dejando una abertura de unos diez centímetros, se corta el pelo o se afeita el cuello del condenado como operaciones previas y fundamentales.
Utopías
Me hablaba del exterminio como si se tratase simplemente de una utopía frustrada, aunque hubiese sido planeado con el cuidado más extremo. La única falla fue el sistema de alcantarillado, dijo. En la orilla izquierda del río se almacenaba a los judíos, quienes, cuando defecaban o morían en la cámara de gases, exhalaban un mal olor; y esa hediondez importunaba a los oficiales nazis cuando, en la ribera derecha, paseaban a sus perros por las noches.
Dice Roman Katsev
La diferencia entre los alemanes —herederos de una inmensa cultura— y los simbas —gente inculta— era que éstos se comían a sus víctimas, mientras que aquéllos las transformaban en jabón.
La necesidad de limpieza define a las culturas.
Pureza de sangre
Un prisionero alemán era transportado en un tren soviético a un hospital: necesitaba con urgencia una transfusión de sangre para sobrevivir. Gritaba: ¡Nein! ¡Nein! No quería sangre eslava en sus venas: murió tres horas después.
(Lo leí en los Diarios de Vasili Grossman).
Noche y niebla
El SS avanzaba lentamente; miraba en dirección del musulmán que marchaba hacia él. Todos miramos hacia la izquierda para observar lo que iba a pasar, explica Levi. Este personaje embrutecido, sin voluntad, arrastrando sus zuecos de madera, terminó su trayecto literalmente en los brazos del SS quién lo cubrió de injurias y le asestó un golpe de fusta en la cabeza. El musulmán se detuvo sin comprender qué le pasaba y cuando recibió un segundo golpe y luego un tercero por haber olvidado quitarse la gorra, se hizo en el pantalón porque sufría de disentería. Cuando el SS advirtió que el líquido negro y hediondo escurría entre los suecos, Explotó de rabia. Se arrojó contra él, le dio de patadas en el vientre y cuando el desgraciado cayó sobre sus excrementos, lo golpeó de nuevo en la cabeza y en el pecho. El musulmán no se defendió. Al primer golpe se dobló en dos; dos o tres golpes más y el musulmán yacía muerto.
Cuestión de óptica
Desde la pica donde llevaban su cabeza guillotinada, la princesa de Lamballe gozaba de una vista privilegiada de la Bastilla.
Deberían leerlo los poetas
En la primera escena de Los hermanos Karamazov, de Dostoievski, Aliosha se tapa la nariz para contrarrestar el olor que emana el cuerpo del stáretz Zózima quien, a pesar de que en vida había sido perfecto, de muerto hedía.