domingo, 13 de octubre de 2024

378. Landay (Afganistán)

Landay

Poemas breves: dos versos compuestos por 22 sílabas aleatoriamente distribuidas. Forma poética de tradición afgana (cultura Pashto), tradicionalmente cantados en voz de mujeres. La palabra se traduce literalmente como “serpiente venenosa de cortas dimensiones”.
Su elocución es tabú y causa graves represalias, sociales y legales.
Versión de Clara Janés



Graffiti de Shamshia Hassani 

Yo llamo. Tu eres piedra
Un día cuando me busques, descubrirás que me he marchado.


Cuando hermanas se sientan juntas, siempre alaban a sus hermanos.
Cuando hermanos se sientan juntos, venden a sus hermanas a otros.


Me haré un tatuaje con la sangre de mi amado 
y apenaré a toda rosa en el verde jardín.


Desafortunado tú que no me visitaste anoche,
Confundí el duro poste de madera de la cama con un hombre.


¿No hay acaso aquí un hombre tan valiente como para ver
cómo mis muslos vírgenes han puesto a arder mis ropas?


Ven, unamos muslo con muslo
Si te montas, no lloraré.


¡Ay! No me aprietes tan fuerte:
Mis senos arden por convertirme en mujer anoche.



Brillante luna, por el amor de Dios,
No ciegues a dos amantes con una luz tan desnuda.


Tus ojos no son ojos. Son abejas.
No puedo encontrar cura para su picadura.


Que Dios te convierta en una flor de rivera
para que pueda olerte cuando vaya a recoger agua.


Podría haber probado la muerte por una probada de tu lengua,
viéndote comer helado cuando éramos jóvenes.


Del agua no puedo siquiera probar un poco.
El nombre de mi amado, escrito en el corazón, podría ser borrado.


Vuelve negro de pólvora o rojo de sangre
pero no vuelvas entero a deshonrar mi cama.


Mi cuerpo me pertenece a mí;
a otros su dominio.




Dame la mano, amor mío, y partamos a los campos
Para amarnos y caer juntos bajo las cuchilladas.


Anoche estaba junto a mi amante, 
¡oh velada de amor que nunca volverá!


Oh, Dios mío! Me envías de nuevo la noche oscura.
Y de nuevo tiemblo de la cabeza a los pies, pues debo entrar en el lecho que odio.


Ven y sé una flor en mi pecho,
para que pueda refrescarte cada mañana con un estallido de risa.


Mi amante prefiere los ojos color de cielo,
y yo no sé dónde cambiar los míos color de noche.


Vuelve acribillado por las balas de un tenebroso fusil, amor,
yo coseré tus heridas y te daré mi boca.


A tu lado soy hermosa, boca tendida, brazos abiertos.
Y tú, como un cobarde, te dejas mecer por el sueño.



Material gráfico: Shamshia Hassani